América Latina se está consolidando como un actor clave en la transición hacia energías limpias, y el hidrógeno verde se presenta como una de sus mayores oportunidades. Gracias a su abundante disponibilidad de recursos naturales, como el sol, el viento y el agua, la región tiene el potencial de convertirse en un líder mundial en la producción de hidrógeno verde. El hidrógeno verde es generado a través de electrólisis utilizando energía renovable, lo que lo convierte en una solución sostenible y crucial para reducir las emisiones de carbono en sectores industriales, de transporte y generación de energía.
Chile, uno de los pioneros en esta área, ha establecido una ambiciosa hoja de ruta con el objetivo de ser el principal exportador global de hidrógeno verde para 2050. El gobierno chileno ha identificado zonas en el norte del país, ricas en energía solar, y en la Patagonia, con recursos eólicos de clase mundial, como claves para el desarrollo de la industria. Se estima que Chile podría producir hidrógeno a un costo de $1.50 por kilogramo para 2030, lo que lo convertiría en uno de los productores más competitivos del mundo.
En Brasil, la vasta infraestructura hidroeléctrica, combinada con el creciente uso de energías renovables como la eólica y solar, lo posiciona como un líder natural para la producción de hidrógeno verde. Proyectos como el Puerto de Pecém en Ceará están atrayendo inversión internacional, con la expectativa de generar hasta 5 GW de capacidad de producción de hidrógeno verde en los próximos años.
México, por su parte, también está avanzando significativamente en este sector. El país cuenta con un potencial considerable para la producción de hidrógeno verde, especialmente en estados como Baja California y Oaxaca, donde las condiciones de viento y sol son ideales para la generación de energía renovable. Uno de los proyectos más relevantes es el «Proyecto de Hidrógeno Verde en Baja California», que busca aprovechar la energía solar y eólica de la región para producir hidrógeno destinado tanto al consumo interno como a la exportación. Además, se espera que la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, lanzada por el gobierno mexicano, ayude a atraer inversiones internacionales y generar miles de empleos en los próximos años.
De cara al futuro, el hidrógeno verde en América Latina representa una oportunidad de inversión sin precedentes. Según estimaciones, el mercado global de hidrógeno verde podría alcanzar los 300 mil millones de dólares para 2050, y América Latina está posicionada para captar una parte importante de ese crecimiento. Además, la región ofrece ventajas significativas para los inversores, como menores costos de producción en comparación con Europa y Asia, gracias a su abundancia de recursos naturales.
Invertir en hidrógeno verde no solo es una decisión económica inteligente, sino también una apuesta por un futuro sostenible. Proyectos en países como Chile, Brasil y México no solo ayudarán a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también contribuirán a la creación de empleos y al crecimiento económico en la región. Con el respaldo de gobiernos y empresas, América Latina tiene el potencial de convertirse en un centro global de producción de hidrógeno verde, atrayendo inversiones que impulsarán el desarrollo sostenible y la transición energética global.